El Real Madrid firma otro desastre en la Euroliga
No hay rastro del Real Madrid que durante más de una década luchaba año tras año por el trono de la Euroliga. En un verano, el bajonazo ha sido tremendo. En canchas donde antes era victoria casi segura o ante rivales a los que se solía derrotar con holgura ahora se suman dolorosas derrotas. Los blancos han pasado de vivir en un parque de atracciones a no poder salir del pasaje del terror: balance de 6-9 tras perder ante el Zalgiris.
La plantilla ha experimentado un descenso de calidad extraordinario
La plantilla ha experimentado un descenso de calidad extraordinario. Resultaba difícil suplir a Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, Fabien Causeur, Vincent Poirier y después a Guerschon Yabusele, aunque con la mayoría de ellos hubo tiempo para buscar recambios, pues se sabía que no iban a seguir. Ninguno de los recién llegados mejora lo que había. De hecho, es que ni se les acercan por prestaciones en la pista y mucho menos por su ascendencia en el vestuario.
Los jugadores no están a la altura
Andrés Feliz, negando con la cabeza en el banquillo tras ser sustituido, es la personificación del drama. Xavier Rathan-Mayes es incapaz de enlazar tres acciones positivas seguidas. A Serge Ibaka parece que le han caído los años de repente. De Usman Garuba poco se puede decir con lo que ha jugado. Ante el Zalgiris, ni un minuto. Los chavales Eli John Ndiaye y Hugo González se vacían cuando les dan oportunidades. Igual, menos de las que merecen.
La ansiedad y la frustración llevan a la expulsión
Da la impresión de que la mayoría de los jugadores blancos salen a la pista con una mochila, como atenazados por la ansiedad, recordando su posición en la clasificación de la Euroliga, viendo que las semanas pasan y son incapaces de reconducir el curso: 14 victorias y 13 derrotas en los 27 partidos oficiales. Al más mínimo contratiempo, todo se viene abajo. Comienza la frustración, en más de una ocasión pagada con los árbitros. Salen a expulsión por partido en las últimas tres citas: Mario Hezonja, Ibaka y un Chus Mateo que vive momentos muy delicados.
El público se desapega
La consecuencia del pésimo juego y los malos resultados es el desapego que empieza a sufrir el público. Hubo pitos en el WiZink Center en la derrota frente al Fenerbahce. Ante el Zalgiris, la mayoría de los silbidos se los llevaron los árbitros, que estuvieron fatal, pero parte de los aficionados comenzaron a irse cuando aún restaban cuatro minutos y medio y el equipo marchaba 17 puntos abajo. Nada peor que el hastío de quien quizás dude sobre acudir al siguiente encuentro.
Declaraciones de Campazzo
«Si cada vez que vienen nos meten 90 puntos, es difícil ganar», declaró Campazzo después del partido. Un reflejo de la situación actual del equipo.